Son algunas imágenes logradas durante mi corta estadía en la ciudad de La Paz. Estos detalles me llevaron al encuentro con la emoción, aquella que aleja de la rueda interminable de la rutina y alimenta de esperanza a este corazón desilusionado.
Este es un tiempo para el desánimo, un tiempo donde no hay donde descansar, este tiempo en que las voces no andan solas prefieren al coro para estar aquí. Estoy ante estas imágenes que alientan al silencio que narran y se pierden y nos dejan la eterna fragilidad de un segundo.