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Mostrando entradas de agosto, 2011

LOS MEDIOS DE DIFUSIÓN NO SON DE COMUNICACIÓN: LA UNIVERSIDAD NO TIENE ESTRATEGIAS COMUNICACIONALES

El presente texto surge a raíz del artículo publicado por Alfonso Gumucio "El misterio del Ministerio", en "Nueva Crónica y Buen Gobierno" en su edición de la primera quincena de agosto, en dicho artículo, además de crítico al rol del Ministro de comunicación, afirma contundentemente que comunicar no es informar, aunque no explicita cuál o cuáles serían las diferencias, asumo dicha afirmación como cierta, ya que informar o llevar el mensaje desde los medios de difusión, es una viaje sin retorno, en cambio, comunicar es dar marcha a un proceso de ida y vuelta: emitir y recibir mensajes (discursos), interpersonal o grupal. Obviamente no voy a ingresar al tortuoso camino de la teoría sobre este proceso, sin embargo es necesario bajar las definiciones al plano práctico, por ello habrá que decir que el Estado aún no ha logrado comprender que hacer comunicación, no significa competir con los medios privados de difusión, ni se trata de ingresar al peligroso terreno

EL PLACER DE FUMAR

Hay advertencias que, por ser ciertas y obvias, ofenden a la racionalidad, pero también hay respuestas que caen en el simplismo y en la majadería. Cuántas veces me han advertido que si continúo fumando me moriré y la respuesta salta de manera rápida, apresurada, como si el cigarrillo hiciera hablar y estaríamos ahí para defender, “de algo hay que morir” pero también hay la respuesta que de manera cobarde le echa la culpa al cigarro, “no puedo dejar este vicio de mierda”, y así uno pasa los años entre la advertencia obvia y el cinismo o la cobardía. Seguramente existen varia

"UN AÑO MÁS"

Por: Por Oswaldo Osorio Esta es una película donde no pasa nada, solo la vida, que ya es bastante. Pero ese “no pasa nada” es desde la perspectiva de la narrativa clásica de Hollywood, la cual exige que un relato tenga imprevistos puntos de giro que hagan atractiva la historia, así como personajes a los que les sucede algo fuera de lo común o enfrentan a duros problemas. Pero esta cinta habla de personas corrientes que lidian con situaciones corrientes, y aún así, resulta una significativa historia con personajes muy interesantes. Hacer una buena película sobre lo ordinario de la vida solo es posible cuando detrás de ello está el talento y lucidez de un director como Mike Leigh. Principalmente desde Naked (1994) y Secretos y mentiras (1995), este autor inglés nos ha mostrado su capacidad para hablarnos de la complejidad de la vida cotidiana y los personajes corrientes. Sus dos principales herramientas son lo que logra con sus magníficos actores y el realismo en la puesta en escena.