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Mostrando entradas de marzo, 2015

LAS Y LOS QUE HAN SIDO

Son textos antiguos acompañados por fotos más viejas aún tomadas por una cámara Nikon (Con rollo. No recuerdo el modelo) Comparto este material con ustedes porque no es justo que continúe entre las rendijas de mi computadora, no es justo por lo que representaron en ese momento (han sido) y sería bueno que en adelante tomen vuelo para que sean lo que el espectador desee. Hace muchos años estas banquetas agujereadas todavía esperaban en la plazuela del Guereo, acompañadas por algunas piedras, un pilón erosionado y un árbol polvoriento, hoy ya no queda nada, todo fue barrido. Qué momento más especial, ese que describía perfectamente al abandono. Luego de copiar esta foto, la observé y sentí que ese cuadro reproducía ausencias que merecían ser descritas.  “Si podrías recordar las historias que sobre ti quedaron y si aún lograrías controlar a la espera, quizás mi confesión apoyada estaría en vos. Cuantas veces deseaste marchar, ir lejos, dejarlo todo, …no te permitieron

DORMIR EN LA PLAZA

Chelo y quena  Dormir en la plaza es habitual para los trashumantes pasajeros que detienen su caminar debido a la somnolencia de sus pasos. En una de esas tardes calurosas este chelista, después de una corta siesta, buscó sombra, sacó su instrumento del forro descolorido y sin más presentación se puso a tocar, en realidad no sé si se trataba de música barroca, jazz o la fusión entre ambas. Se unió a él una muchacha que antes de sentarse ya hacía sonar su quena. A ella le vi una un día antes, la recuerdo porque tocaba la quena abriéndose pasó por la calle Loa, entre la muchedumbre de las seis de la tarde, quedé seducido por los sonidos raros que salían del instrumento, ella como Hamelín y yo como una pequeña rata que se dirigía al centro de la tierra. De repente sentí que la ciudad tragaba al sonido y quedé solo en una de las esquinas. Los que caminaban por la plaza creían no reconocer los hilos de voz del chelo y la quena, y yo, desde otro rincón, observa