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Mostrando entradas de noviembre, 2020

A LA CIUDAD

  Esa mañana, tardó el sol en salir. Emilio esperó sentado en la puerta de calle, en tanto yo,  cambiaba el pañal de su hermano.  -Ya sale el sol, ya sale el sol -dijo Emilio y entró corriendo al cuarto-  Se abrigó con el saco dominguero, se puso la visera azul y volvió a la calle. -Apúrate mamá, ya sale el sol.  -Volvió a gritar-  Tendí a la wawa en el aguayo, la cargué a mi espalda, agarré la bolsita de plástico y cerré la puerta. Estaba aún lejos,  el sol se asentaba de a poco en la ciudad, podíamos darle alcance si nos apurábamos. Bajamos a tientas esquivando piedras y lodo, mientras los perros ahuyentaban a otros perros, así llegamos a la carretera.  El sol se acercaba. Caminamos sin decir nada durante muchas horas,  el cansancio se hacía en el aliento de Emilio que prefirió custodiar a mi sombra  desvanecida. La transpiración de la wawa se evaporaba y su olor envejecido aprisionaba mi espalda.  Las chinelas rosadas parecían prenderse en el alquitrán.  El sol quema los ojos y seca

DE REGRESO

  -¿Te acuerdas? Tomábamos café después del almuerzo - El papá tiraba la cajetilla al centro de la mesa y como naipes sacábamos cigarro tras cigarro, en eso, la mamá se quedaba dormida por tanto humo. - Las cenizas se mezclaban con los restos de comida que quedaron en los platos y nuestra hermana mayor traía otra ronda de café. -Hoy, dicen que nadie fuma en casa, que los más atrevidos lo hacen a escondidas en el último rincón del patio, creen que el cigarrillo mata. -jajajaja -Se cuidan porque ya no nos quieren a ver -Qué más da, sigamos fumando y tomando café, al final, solo su aroma es el que queda -jajajaja jcv # latombola  donde nada es importante

CALORES

  Se abanica el rostro afiebrado con el manojo de naipes, observa el juego ajeno con el borde del ojo izquierdo, entretanto sopla con disimulo el cañón seboso que separa sus enormes y morenos senos. Ella la ve desde la pequeña rendija que conserva la puerta vieja, de su nariz caen gotas turbias… parecen cansadas. # latombola  donde nada es importante jcv

DESPEDIDA

  -No tardes, recuerda que a las nueve volveremos a jugar. -Estaré antes, no te preocupes -dijo ella- al darle un beso en la mejilla y raspar el jazmín con los labios que sudaban sal. # latombola  donde nada es importante. jcv