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Mostrando entradas de agosto, 2018

CITA

Detuve este viaje para no dejar de inventar, algo similar a los libros que no les di final. Aquí, prefiero esperar, sé que juntos saldremos del camino para no llegar jamás.

QUE SE VAYAN

Debemos aprender a terminar… admitir que no se puede vivir sin respirar. En algún momento hay que aceptar que jodimos nuestra vida y la vida de otros a pesar de recibir constantes aplausos y la bendición dominical. Cerrar la puerta es retar al vacío, es salir del círculo. Esto suena a los animosos versos de consejeros del buen vivir, pero la cosa no es tan sencilla cuando el círculo otorga privilegios. Los dueños del poder (del círculo) están convencidos que morirán cuando ellos quieran y persuaden de esta herejía a cambio de eternizar las migajas. A pesar de que muchos se ufanan de su liberalismo, no logran ocultar su espíritu conservador y se aferran a la zona de confort y al menor esfuerzo. Por eso no es casual que los dueños del círculo y los que viven de y en él, proyecten el miedo frente al que está del otro lado. En este escenario, se acicala a los muertos y se califica a la diferencia con etiquetas recurrentes como desvergonzado, malcriado, loco, drogadicto, maricón,

DOMINGOS (NARRACIÓN FOTOGRÁFICA)

Narración fotográfica. Javier Calvo Vásquez 15 de julio de 2018

DOMINGOS

¡Revienta esa pelota! Grita la barra desde la improvisada gradería de la cancha de tierra del barrio Lajastambo (Sucre). Esa tarde, el calor de invierno sofocó al viento que conspiró contra el balón y el sudor se fosilizó junto al sol que ayudó al polvo a emular a la lluvia. Detrás de uno de los arcos, un grupo de niños -sentados en piedras pequeñas y medianas- sigue atento el partido: unos silban, otros insultan, los más chiquitos ríen. Me llama la atención un pequeño que posiblemente no pase de los cinco años, lleva un sombrero grande que cubre sus ojos y en sus manos retiene una pelota de goma que la empuja entre las piernas cual si fuera un camión y sus rodillas el pico más alto del cerro. Me acerco a ellos y pregunto: - ¿Quiénes están jugando?  Se ven unos a otros como queriendo inventar el nombre de los equipos, el más grande interrumpe y revela que son de pueblos distintos. – No, dice el que tiene la cabeza rasurada al estilo Neymar, - son de diferentes