Quién podrá ingresar y detener a este revoloteo incesante y caprichoso, a esta luz cambiante, sorda y azulada Quién entrará para reír desde mi balcón mientras yo, corro y corro detrás de la pequeña pileta. Quién detendrá a esta lengua malhablada, puteadora, mentirosa y llorona. Desde aquí, no ha sido fácil ver como se extravía el universo en el infinito y saltar abrazado del miedo. A veces la respiración se detiene y el amarillo fulgurante cierra mis ojos ...desde aquí adentro la vida se ve como un sueño.