Melancolía”, del danés Lars von Trier, no es un drama al que nos tiene acostumbrado Hollywood, porque no es lacrimógeno ni habla de amores o desamores, quizá ahí radique su enigma y su poder, es aquel tipo de películas donde el espectador tiende a incorporarse y asumir –existencialmente- alguna identidad. No es mi intención con este artículo relatar el argumento de la película, sólo comentar y adscribirme deliberada e intencionalmente al grupo de personas que considera que Melancolía ha sido la mejor película del 2011, porque propone de manera sencilla un tema recurrente por todos los cineastas, pero como ninguno, decide hablar en serio sobre la felicidad. Es la historia de dos hermanas: Justine interpretada magistralmente por Kirsten Dunst y Clarise ( Charlotte Gainsbourg ), entre ambas se genera una relación de dependencia y cariño, pero también de odio; cada una tiene un concepto distinto sobre la felicidad, esa contradicción será su desgracia. Definitivamente es una película p...