Busqué a la sorpresa en libros antiguos y en los recomendados por internet, en viejas canciones y en el top ten de la Billboard, en las cartas no enviadas y las de reciente recepción; busqué en los que un día fueron mis amigos y en aquellos que ahora lo son. Pero nada nuevo encontré, porque aún estaban dispersas las sensaciones y mitificadas las angustias. Luego decidí escuchar canciones nuevas para mí, historias que me parecían recientes, pude contemplar –por primera vez- el nacimiento de nuevas hojas en el árbol que está frente a mi casa, después de muchos años comí con gusto un pedazo de pan con mantequilla y terminé el día sin fumar. ¿Qué pasa en mí? No existe ayer ni mañana, ni nuevo ni viejo, sólo cambian las ganas de ser porque despertar no siempre es vivir y soñar no siempre es dormir. Lo que digo tampoco es nuevo, sí, lo que siento hoy. 2012