El domingo 17 de mayo de 2009 Mario Benedetti, el poeta uruguayo más importante, más leído y más profundo de todos cuantos nacieron en el siglo XX, alcanzó el velo de la inmortalidad y se marchó para siempre de este mundo concreto al que tanto cantó y qué tantos desvelos le provocó como artesano de la palabra. Un domingo dejó de respirar Mario y con él se fue ese impulso tan suyo de modelar a través del verbo mundos, universos, pareceres, reflexiones y emociones. Se nos fue Don Mario, Qué Vaina, Pero la Vida es Así, No hay Manera de escapar a la Muerte, y Así lo reconoció Benedetti en muchos de sus poemas sencillos, cortos, pero profundos, en uno de los cuales nos definió las Pequeñas Muertes… Los sueños son pequeñas muertes tramoyas anticipos simulacros de muerte el despertar en cambio nos parece una resurrección y por las dudas olvidamos cuanto antes lo soñado a pesar de sus fuegos sus cavernas sus orgasmos sus glorias sus espantos los sueños son pequeñas muertes por eso cuando llega...