Dichoso el árbol que es apenas sensitivo, y más la piedra dura, porque esa ya no siente, pues no hay dolor más grande que el dolor de ser vivo, ni mayor pesadumbre que la vida consciente. Ser, y no saber nada, y ser sin rumbo cierto, y el temor de haber sido y un futuro terror… Y el espanto seguro de estar mañana muerto, y sufrir por la vida y por la sombra y por lo que no conocemos y apenas sospechamos, y la carne que tienta con sus frescos racimos y la tumba que aguarda con sus fúnebres ramos, ¡y no saber adónde vamos, ni de dónde venimos…! El poema pertenece al poeta nicaragüense Félix Rubén Darío Sarmiento (1867-1916), inspirador del movimiento poético de fines del XIX y principios del XX, denominado Modernismo. En su producción poética distinguimos tres etapas, representadas por tres libros que marcarán su trayectoria : Azul (1888), que marca un Modernismo preciosista y de mayor influencia francesa; Prosas profanas (1896), culminación del Modernismo más exuberante y rotundo, con...