Son textos antiguos acompañados por fotos más viejas aún tomadas por una cámara Nikon (Con rollo. No recuerdo el modelo) Comparto este material con ustedes porque no es justo que continúe entre las rendijas de mi computadora, no es justo por lo que representaron en ese momento (han sido) y sería bueno que en adelante tomen vuelo para que sean lo que el espectador desee.
Hace muchos años estas banquetas agujereadas todavía esperaban en la plazuela del Guereo, acompañadas por algunas piedras, un pilón erosionado y un árbol polvoriento, hoy ya no queda nada, todo fue barrido. Qué momento más especial, ese que describía perfectamente al abandono. Luego de copiar esta foto, la observé y sentí que ese cuadro reproducía ausencias que merecían ser descritas.
“Si podrías recordar las historias que sobre ti quedaron y si aún lograrías controlar a la espera, quizás mi confesión apoyada estaría en vos. Cuantas veces deseaste marchar, ir lejos, dejarlo todo, …no te permitieron los malos olores y la insistencia del descolorido adiós. Te dejaron sola, se fueron llevándose tu madero y el pretexto que construiste al llegar”.
Foto: Sucre, enero 2004
Texto, Sucre, abril del año 2006
En una vieja pared de la calle Gato pardo (Sucre-Bolivia) estaba este aro oxidado, seguramente, dije, hace mucho tiempo que nadie juega aquí, sentí pena por su abandono, de alguna manera lo humanicé para reproducir la sensación de olvido.
Todas las tardes se detenía el suspiro en el
ventanal. Eran las voces trashumantes que depositaban antiguas angustias. Y tú,
ahí observando, riendo, llorando, gozando… sufriendo por otras emociones.
Hasta que construiste tus propios motivos, tu
propio dolor. Las voces que jamás habían oído de ti, se sorprendieron y desde
entonces, es otro el lugar donde dejan su risa y el mal humor. Tú, ya no esperas, aprendiste a no preguntar y a sonreír sin darle un nombre o un porqué.
Foto: Sucre, enero 2004
Texto, Sucre, abril del año 2006
Javier Calvo V.
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