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1985

 

Campamento Pailaviri Potosí. Foto: Javier Calvo

 4 de marzo de 1985

Querida Lili:

Son las seis de la tarde, acabo de llegar a la casa.

Tranqué la puerta con la misma la piedra que trajiste una noche desde la plaza; aun así, el viento la intenta abrir. No sé de dónde ingresa la brisa helada que hace temblar el foco y a las ventanas reforzadas con plastoformo. Sabes, el silbido agudo del viento me recuerda al gato que cuando duerme en tu cuello, suspira como si expulsara ecos agónicos.

Desde hace rato intento ordenar mis ideas para contarte lo que aquí sucede, pero no logro concentrarme porque la radio Pio XII, de rato en rato, interrumpe el programa de música romántica para informar sobre el desarrollo del ampliado del Sindicato de Trabajadores Mineros de Siglo XX, dicen que es inminente la huelga general indefinida para exigir el salario mínimo vital con escala móvil.

Llegaron de La Paz los dirigentes de la COB para explicar a los trabajadores de Catavi y Siglo XX la situación política del país y las demandas del pliego petitorio. Esta mañana pusieron una pizarra en la puerta del sindicato con el Orden del día, me llamó la atención el último punto subrayado con tiza roja, decía “las amas de casa deben cocinar la cena para los dirigentes y los funcionarios públicos (entre ellos yo) están obligados a distribuir coca y cigarrillos.

En la plaza me encontré con Filemón Escobar, ¿te acuerdas de él?  Nos presentó en La Paz tu amigo periodista de Presencia, te pusiste incómoda por el humo de su cigarro Astoria, él se dio cuenta, pero no le importó; aquella vez, ya nos dijo que, si el presidente Siles no cogobernaba con los trabajadores, era inminente su caída, porque solo la COB podría garantizar la paz social. Mira que tenía razón, el MIR se salió del gobierno, en el parlamento la derecha lo estrangula, en las calles todos los días hay marchas de protesta y los campesinos bloquean las carreteras. 

La pulpería de la COMIBOL está vacía, en el mercado a veces llega carne de cordero, algunas verduras y papa, cada día el precio es distinto; hace una semana el kilo de carne costaba 50 pesos, hoy vendieron a 150, pero para comprar hay que hacer fila desde las cuatro de la mañana. El pan costaba cuatro por un peso, hoy, por ese mismo peso, solo te dan dos. La única panadería de este pueblo recibe una vez al mes cinco quintales de harina y una lata de manteca, eso alcanza para veinte días. Hay que hacer fila desde las tres o cuatro de la mañana, la alcaldía determinó  que vendan ocho panes por familia y a las personas  que viven solas nos venden tres; claro, a veces ni eso puedo comprar porque se termina rápido; por ejemplo, hoy, justo cuando llegué hasta la puerta de la panadería, la cerraron torpemente y gritaron “¡ya no hay pan!”, comenzamos a putear y patear la puerta porque todos vimos que por lo menos había dos canastas llenas, la gente decía que las ocultan para vender más caro a los ingenieros. A pesar de las mil maldiciones lanzadas contra los panaderos, no tuvimos otro remedio que retirarnos. Otro día sin pan, felizmente tengo un poco de harina de trigo que me mandaste, con eso preparo phiri.

Chao Lili, cuídate por favor, la situación está muy fea, me preocupa que cuando estés en las marchas te pase algo; conociéndote, eres capaz de golpear a cuanto policía intente poner freno a tu irascible carácter. Respira, respira, intenta no salir de la casa cuando las calles estén convulsionadas, … cierra la ventana del cuarto, enciende la grabadora y escucha a todo volumen a Litto Nebbia y canta como cuando lo hacíamos juntos… Necesito que digas que me quieres y así podré ser libre, ser libre de verdad.

 

 30 de marzo de 1985

Querida Lili:

No sé nada de ti, ¿Cómo estás? Quisiera recibir una señal. Por culpa del bloqueo de caminos no puedo enviar cartas ni telegramas. Hoy fui hasta Llallagua para llamarte por larga distancia, pero encontré cerrada la puerta de Entel, un papel pegado en la ventana decía que por falta de pago les cortaron la luz.

Te cuento que estoy jodido de dinero, no me pagan desde hace dos meses. En la Hora del País, dijo el ministro Mario Rueda Peña que mientras persista la huelga indefinida y el bloqueo de caminos, no habrá sueldos; Lechín, explicó que el gobierno no tiene plata para nada y que solo le queda imprimir más dinero para sofocar la crisis, el presidente de los empresarios privados denunció que la impresión de billetes solo acelerará la hiperinflación.

En este pueblo, los únicos que tienen dinero son los comerciantes, se dan el lujo de prestar con el interés del 10 y 20 por ciento, exigen la garantía de joyas, televisores y garrafas. La señora de la tienda me da al fío los pocos productos que aún tiene: sardinas, azúcar, fideo, té y cigarrillos Casino. Empeñé la guitarra, la estufa eléctrica que compramos en Oruro y varios libros, vendí un par de sillas para tener algo de dinero.

A pesar de la huelga, igual voy a mi oficina, ordeno una y otra vez las cartas que esperan ser enviadas, limpio las mesas, la repisa, los casilleros, barro y trapeo los pisos con agua y cera. Ya nadie deja cartas ni tengo qué entregar, las últimas que envié se quedaron en medio camino ¿cuántas habrán cambiado de color, de olor?, ¿cuántas palabras estarán extraviadas?, ¿cuántos deseos se mimetizaron con las hojas cuadriculadas?

Los mineros de todo el país están en La Paz, dicen en la radio que rodearon el palacio de gobierno y que bloquean todas las calles, que los mercados están cerrados, que el estruendo de los cachorros de dinamita ensordeció a los jubilados que descansan en la plaza Murillo. Esta mañana, en la Panamericana dijeron que hicieron reventar una dinamita en la casa de un ministro y que intentaron secuestrar al embajador de Perú.

En Siglo XX se quedaron los mineros más viejos y algunos ingenieros que no pudieron volver a Potosí. Las amas de casa preparan comida y la reparten en la plaza, los profesores están en huelga de hambre, denunciaron que hace tres meses no les pagan el sueldo.

Tengo hambre… estoy cansado de comer sopas de avena y triguillo que me regalaron los curas, cocino con cebollas, papas, acelgas y zanahoria; felizmente, gracias al frío, tardan en echarse a perder. Sé que debo ahorrar y poner a la olla lo necesario para un plato que debe alcanzar para el almuerzo y la cena.

Añoro esos días cuando nos dábamos el lujo de escoger el menú en la puerta de las pensiones, tú me convencías que mejor bajemos a Obrajes a comer en una buena pensión, aunque fuese más caro.

Son las dos de la mañana, hace dos horas cortaron la luz. Desde hace tres meses solo tenemos electricidad de seis de la tarde a diez de la noche. Te cuento que ya me acostumbré al silencio de las velas, al crujir de la puerta, a los pasos cansados que pasan por la calle, me acostumbré a la mirada porfiada de este gatito que vive conmigo; recuerdas, nos siguió desde la puerta del cine, cuando volvíamos de ver Kramer vs Kramer. Ahora es mi compañero, está más grande y renegón, se acostumbró a entrar a mi cuarto a partir de las seis de la tarde, duerme en la cama y cuando me acuesto, él se acomoda en un pedacito de la almohada. Se llama Lukas, con K.

Este invierno será más terrible de los que pasamos juntos. El acostumbrado charco de agua que corre por la calle amanece congelado, se convierte en pista de patinaje. Cuando estoy yendo a la oficina mi cabello mojado se escarcha en cuestión de segundos, para calentarme un poco me detengo frente al sol, la gente que transita por el lugar lanza una sonrisa al observar cómo se desprende el vapor de mi cabeza que se proyecta en la pared y se eleva hasta el sol.

Intentaré dormir, mi añorada Lili; entretanto, tarareo la canción de Pablo Milanés que asentaste en mi brazo izquierdo, antes de partir a La Paz…

Propongo disfrutar esta jornada inquietando tu gusto en dos sentidos, una palma que bata en tus oídos y un cocodrilo verde en tu mirada…

Chao Lili.

 

15 de junio de 1985

Lili, …querida:

Las cosas están más tranquilas desde que el presidente fue obligado por la iglesia y los partidos de derecha a acortar su mandato. Ahora, todos hablan de las elecciones y hacen apuestas sobre quién ganará. Ya no nos molesta hacer fila por todo y por nada ni nos sorprende ver trepar los precios como la espuma y olvidamos esperar con ansias el salario que nunca llega; lo bueno, a pesar de todo, es que volvieron las cartas, la gente nuevamente envía correspondencia y Entel rehabilitó el servicio de telegramas; incluso, hasta se puede llamar a larga distancia, lastimosamente no puedo hablar contigo porque cierran a las seis; para entonces, nadie está en la casa porque tú retornas a las siete. Como ves, por ahora solo nos queda comunicarnos por cartas.

Falta un mes para las elecciones generales, la campaña cada día es más intensa a pesar de la amenaza del sindicato de no permitir que los candidatos de derecha pisen los centros mineros, todos los reciben con apretones de mano y calurosos abrazos. El otro día estuvo Banzer, congregó a mucha gente en el coliseo, me llamó la atención su cuerpo de seguridad, exparamilitares levantaban sus armas como si se tratara de una revolución, no faltó uno que lanzó dos o tres disparos al aire, lo raro es que la gente no se asustó, más bien comenzó a aplaudir. Una noche antes, pegaron por todo el campamento afiches con el rostro del exdictador, ya no lleva uniforme, viste saco y corbata; su eslogan “Orden, Paz y Trabajo… Ahora sí, Banzer presidente”, al parecer muchos tenían guardado un cariño especial al coronel; pero, tal vez solo se trate de expresiones de esperanza, aunque ella esconda una guillotina.

Hace algunos días, mientras esperaba en la fila del gas, una señora se preguntaba ¿Qué nos dio la democracia por la que tanto hemos peleado?

-Nada, nada, solo pobreza. -Musitó otra señora de expresión aburrida, que se hacía a la desentendida.

Víctor Paz estuvo hoy, por fin pude conocerlo en persona, tenía razón mi abuelita, su aspecto es similar a la de un mono, aunque ella lo llamaba con cariño “el monito”. La familia de mi madre es emenerista por tradición, desde el colgamiento de Villarroel; en cambio, la de padre, es liberal; aunque ese partido ya no existe, recuerdan con nostalgia a uno de sus más destacados dirigentes, el tío Luis, los villarroelistas lo mataron en Chuspipata en diciembre de 1945; desde entonces, odian a los izquierdistas y emeneristas. En la última carta de mi padre, me comenta que está apoyando a Banzer.

Durante su proclamación, me extrañó no escuchar el tradicional himno del MNR “Viva el movimiento, gloria a Villarroel…” fue sustituido por otro “De tu voto depende que esto sea una solución”. En los afiches resalta el colorido arco iris con un cielo azul de fondo; a un costado, está la serena sonrisa del estadista que tiene levantado el brazo derecho, formando con los dedos de la mano la V de la victoria, de donde se desprende sutilmente la paloma blanca que lleva en el pico una pequeña margarita. El coliseo estuvo lleno de palliris, mineros y campesinos del norte de Potosí; al finalizar, el candidato a la vicepresidencia, Julio Garret, prometió un futuro promisorio para los bolivianos y Víctor Paz aseguró tener la fórmula precisa contra la crisis económica, por lo que juró solemnemente solucionarla desde el primer día de su mandato. Un minero se acercó, le puso el guardatojo y una guirnalda rosada, lo abrazó y le pidió, entre lágrimas, comida y salarios justos para los mineros.

Luego, la algarabía se desbordó y entre cánticos la caravana recorrió todo el pueblo. Después supe que los emeneristas no quisieron quedarse a almorzar, de inmediato emprendieron el viaje a Potosí en vagonetas Toyota.

Este fin de semana llegará Jaime Paz; el mismo día, el Toño Araníbar estará con su frente FPU (Frente del Pueblo Unido) y creo que el lunes llegará el candidato del oficialismo (MNRI), Roberto Jordán Pando.

No hay duda que Paz Estensoro o Banzer será el nuevo presidente, lo que aún es una incógnita es cómo solucionarán tamaña crisis. El otro día, Guillermo Lora se reunió con los mineros y les dijo que cualquiera de los dos cerrará las minas y despedirá a todos los trabajadores. Me dijo después, mientras rotulaba una carta, que aliste mis trastes porque con seguridad el próximo gobierno despedirá a los empleados públicos de los centros mineros.

La verdad no me preocupa quedarme sin trabajo, ¿para qué tener uno, si lo poco que te pagan solo sirve para cancelar deudas? … querida Lili, esto no es vida, en este rincón del mundo sobreviven los que pueden. A nadie le importa que estemos con hambre, que los chicos siempre encuentran cerrada la escuela, que cada día se hallen cuerpos calcinados por el frío a los pies del desmonte, que las amas de casa hagan hervir hueso blanco para dar consistencia a su sopa amarga; a nadie le importa ni siquiera a los dirigentes de la COB, menos aún, a los políticos.  Te confieso que podría soportarlo todo, aceptaría aun con estoicismo y valentía esta situación si no me sintiera forastero en este lugar, un extraño que no entiende los rituales ni la manera grosera de amar la vida que tienen los demás… no estás aquí para calmar mi rabia y regar con tu sed mi obnubilado jardín.

Ojalá falte poco para volverte a cantar al oído las estrofas de nuestro amado Charly que debe estar riéndose de nosotros detrás de alguna ventana, puesta en el sur.

Quiero verte desnuda el día que desfilen los cuerpos que han sido salvados, nena, sobre alguna autopista que tenga infinitos carteles que no digan nada; y, realmente, quiero que te rías y que digas que es un juego nomás...

Chao Lili, besos.

 

 4 de agosto de 1985

Hola, querida Lili:

Ya tenemos un nuevo presidente, debes estar feliz… aunque tu partido no ganó las elecciones con la mayoría de votos, Víctor Paz será nuestro presidente. Aquí, el MNR ocupó el segundo lugar, ADN se impuso con mucho, el único partido de izquierda que sacó algunos votos fue el MIR. Quién diría que un exdictador gane en un centro minero que se autodefine con reserva moral del pueblo. Días antes a las elecciones, llegó Filemón Escobar para exhortar que votemos por el mal menor, no dijo exactamente quien era, me parece que, entrelineas, se refería al MNR.

No quiero abatir tu alegría con las historias de Siglo XX, Llallagua, Catavi y Uncía…, no tengo mucho que contar porque ya no camino observando los detalles de alrededor ni presto atención a las conversaciones que ingresan a mi trabajo y recorren las calles, el mercado y la pensión.

 En la radio dicen que hay que tener fe en el futuro, pero el tono de voz del radialista esconde otra cosa, se niega a explicar que mientras la cotización de los minerales esté por los suelos, los días de la Comibol están contados, eso significa -irremediablemente- despidos y el éxodo de este pueblo; pero claro, los dirigentes alimentan la esperanza con amenazas, al decir que si el nuevo presidente intenta cerrar las minas pondrán el pecho a la bala para proteger su fuente de trabajo. ¿será que le doblan la mano al mono Estensoro? No creo, no por la mano dura que pueda imponer el gobierno, más bien porque el pueblo está cansado. ¿Para qué vivir así, amarrando el estómago mientras finges dormir? Preferible es mudarse a otro infierno.

Lukas dejó de caminar por los tejados, ya maduró, ahora me acompaña al trabajo colgado de mi hombro, le doy un poco de carne cruda y en la noche come parte de mi sopa, luego se duerme en mis piernas, mientras arreglo los cassettes y escucho música.

Por fin pude unir los pedazos de cinta que los tenía guardados en una caja de zapatos, en realidad no recordaba que grabé ahí, ¡sorpresa! se trataba de Pink Floyd, un disco maravilloso: “Oscurecido por las nubes”, cuántas veces escuchamos ese cassette en la casa de tus padres y en mi cuarto, fueron lindos momentos, disfrutábamos de la música sin analizarla ni comentarla, solo nos dejábamos llevar por la emoción, así aprendimos a meditar e intentar llegar al nirvana, nunca lo logré ¿tú pudiste cruzar el umbral?

El gato está llorando, quiere que me acueste de una vez, le haré caso; de lo contrario, se enojará e irá a descansar a otro lado. Tú sabes que no duermo con facilidad, apago la luz y recuerdo canciones e imagino cantarte despacito para no desentonar…

¿Te acuerdas de la canción de Piero Dos horas de polvo?, estoy tratando de recordar la letra para cantarla cuando te vuelva a ver, como ese día cuando viajamos a Copacabana y al ver el ancho lago, imaginamos estar en el mar.

Dos horas de polvo para atravesar casi un desierto y finalmente el mar, mi amor es del mar más que de vos… y hoy no estoy más seguro que ayer sin saber bien todavía porqué te busqué y hoy no estoy más seguro que ayer sin saber bien todavía porqué, porqué… te encontré.

Chao querida Lili, un beso.

 

Telegrama

6 de septiembre de 1985

Lili:

Me despidieron, vuelvo a casa con el Lukas.

Espérame.

Andrés

 

 

Javier Calvo Vásquez

8 de julio de 2025


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