Ir al contenido principal

El territorio y los plurinacionales




El director de Le Monde Diplomatique, Ignacio Ramonet, en nota titulada Neocolonialismo agrario (febrero 2009), advierte que los Estados ricos están comprando tierras en forma frenética en diversas partes del mundo. Demuestra que China es un “comprador compulsivo”. Detenta más de dos millones (MM) de hectáreas (ha) en Australia, Kazajistán, Laos, México, Brasil, Surinam y sobre todo África. Pekín ha firmado 30 acuerdos de cooperación con gobiernos que le dan acceso a tierras y al control de la biodiversidad. Corea del Sur ha adquirido 2,3 MM de ha. Kuwait, Qatar y Arabia Saudí buscan parcelas fértiles “donde sea”, sobre todo ahora, añadimos nosotros que pueden pagarlas con dólares devaluados. Regiones enteras están bajo control de especuladores como Soros, Tompkins y Benetton, en especial en países con escasa población y gobiernos poco celosos de la soberanía nacional. El problema se agravará aún más debido a las batallas por la alimentación en el siglo XXI.
Cabe preguntar si el reconocimiento constitucional en Bolivia de 36 naciones indígenas, con sistemas jurídicos propios, libre determinación y territorialidad ¿favorece o perjudica esa transferencia de tierras frenética y compulsiva? Ramonet puso en evidencia el verdadero objetivo de ONG norteamericanas y europeas que, mediante la invocación de reivindicaciones culturales, abonaron el terreno para atomizar a Bolivia. A su vez, los separatistas de la “media luna”, luego de facilitar el ingreso de menonitas y capitalistas norteamericanos, brasileños y paraguayos, prefieren que la tierra la ocupen empresarios foráneos y no indomestizos del resto del país.
La Nueva Constitución (NCPE) determina que las “naciones” indígenas financien sus propias autonomías. ¿Por qué no hacerlo mediante la venta de una parte de extensos territorios ya entregados a pocas familias, sin excluir a pueblos nómadas? Se dirá que la NCPE prohíbe la venta de territorios a extranjeros, pero también reconoce la libre territorialidad a los pueblos originarios. No debe olvidarse que, en países débiles, la Constitución tiene valor relativo. Sánchez de Lozada entregó a las transnacionales los recursos estratégicos del país pese a estar vigente una Constitución de corte estatista. ¿Por qué no hacerlo ahora si las “naciones” indígenas tienen el respaldo de los centros de poder mundial? Los presidentes de Francia y Rusia acaban de anunciar que ayudarán a aplicar el nuevo texto. “Casualmente”, ambos países negociarán la explotación del litio y gas bolivianos.
Separatistas e indigenistas repudian a los pensadores nacionales. Uno de ellos, René Zavaleta Mercado, después de maldecir a la casta terrateniente que cobró compensaciones económicas de las oligarquías de Chile, por el asalto a la costa marítima, y de Brasil, por la apropiación de parte de la amazonia boliviana, decía: El territorio es lo más profundo de un pueblo. Sólo la sangre misma es tan importante como el territorio. El territorio tiene valor absoluto. El canciller Rafael Bustillo, en 1872, afirmaba: El territorio es la primera y más sagrada de las propiedades nacionales, porque encierra en sí a todas las demás.
¿Qué valor pueden tener estas expresiones para Álvaro García Linera, ideólogo del separatismo étnico, quien dice que sólo quiere dividir lo que ya está dividido (La Época 04-11-01); para Raúl Prada, del MAS, quien insiste en desestructurar al país mediante el retorno al Tawantinsuyo, con lo que desprecia la memoria de los soldados bolivianos que se inmolaron en tres conflagraciones con países vecinos; o para los propagandistas rentados del plurinacionalismo financiado por Europa y USAID?




ANDRÉS SOLÍS RADA
* Ex Ministro de Hidrocarburos

asoliz2003@hotmail.com

Comentarios

Entradas populares de este blog

RESIGNIFICAR LA CULTURA Y LA IDENTIDAD AUTISTA

  Para mis hermanos autistas... Intenta salir el sol en esta tarde lluviosa. Recordar ha sido una afición, una disciplina, una profesión, un delirio jocoso. Guardo historias prohibidas, mutiladas, desmemoriadas. Siempre tuve fijación por los fragmentos que parecen esconderse en el lienzo de una pintura, en el relato histórico, en las imágenes que están fuera del cuadro fotográfico, en los versos que sobran en un poema, en el chirriar de las puertas y ventanas, en las comisuras desprendidas de los rostros, de las manos, de los pies. Cuando converso con alguien, detengo la mirada en sus labios gruesos y áridos, observo sus dedos chuecos, descifro el tono de su voz, el color de los gestos y la espesura del aliento. Prefiero sentarme en el pretil de la acera para observar la línea delgada que separa de la vía. Los árboles son como el universo, es fácil descubrir en ellos guaridas, bichos que pasean, hojas que no terminan de morir, flores eternas, pájaros presumidos y ramas que pa...

1985

  Campamento Pailaviri Potosí. Foto: Javier Calvo   4 de marzo de 1985 Querida Lili: Son las seis de la tarde, acabo de llegar a la casa. Tranqué la puerta con la misma la piedra que trajiste una noche desde la plaza; aun así, el viento la intenta abrir. No sé de dónde ingresa la brisa helada que hace temblar el foco y a las ventanas reforzadas con plastoformo. Sabes, el silbido agudo del viento me recuerda al gato que cuando duerme en tu cuello, suspira como si expulsara ecos agónicos. Desde hace rato intento ordenar mis ideas para contarte lo que aquí sucede, pero no logro concentrarme porque la radio Pio XII, de rato en rato, interrumpe el programa de música romántica para informar sobre el desarrollo del ampliado del Sindicato de Trabajadores Mineros de Siglo XX, dicen que es inminente la huelga general indefinida para exigir el salario mínimo vital con escala móvil. Llegaron de La Paz los dirigentes de la COB para explicar a los trabajadores de Catavi y Siglo XX...

GUILLERMO FRANCOVICH

  “La gratitud primigenia es el deberse a otro”, sentenció Heidegger, al explicar que en la gratitud el alma recuerda lo que tiene y es. A. Constante (2005), sintetiza la idea al señalar que la gratitud no es más que el agradecimiento por la herencia recibida. “Gratitud es la respuesta al don recibido. El supremo don es aquello que somos, la dote que somos”.   De ahí, entendemos que la ingratitud es propia de los sin alma que, en el caso de Bolivia, se empeñan en confinar nombres que dedicaron su vida a la producción del pensamiento y a dejar frutos (hasta hoy disfrutados) en las instituciones donde les tocó servir, es el caso de Guillermo Francovich que su hazaña más grande no fue ser catedrático, rector, diplomático, ni recibir reconocimientos en muchas partes del planeta, no, su hazaña -como muy bien apunta H.C.F. Mancilla- son sus libros, a pesar de saber que la “colectividad boliviana recibía sus obras con un silencio de tumba”. Muchas investigaciones abordan el pensa...