La influencia de la política es fundamental en la vida de los bolivianos. Durante el desayuno las informaciones nos introducen en el mundo de la intriga, -que dijo él a no se quien y el quien responde sobre no se que. Es común detenerse en el puesto de periódicos para confirmar lo que escuchamos y vimos en la radio y televisión. A veces nos llega un delirio de obsesión por las noticias, es así que debatimos con los compañeros de trabajo temas recurrentes presentados por los medios de comunicación y esperamos ansiosos el almuerzo para conocer mayores detalles, como si se tratara de una carrera de automovilismo o un partido de fútbol.
Ignacio Ramonet, denomina a esta forma particular de leer las informaciones, como la “Espectacularización de la noticia”, donde –al igual que el circo o el teatro- los hechos se presentan en el escenario donde periodistas y políticos cumplen una rol determinado, un guión preestablecido, al frente estamos nosotros, silbando a unos, llorando por otros. Al cerrar el telón los actores se dan la mano y guardan el guión para la próxima actuación, el público se retira aún aturdido por las luces que le cegaron durante 60 minutos, sale al frío y al silencio, vuelve a encontrar a las hamburguesas del mercado central, al ruido intermitente de los discos piratas que revientan los oídos en la ex peatonal y al coro que dice “la G, la G, la C, la C… ya nos vamos”.
Se ha dicho muchísimas veces que conocemos nuestro entorno gracias al mensaje enviado desde los medios, que nuestras opiniones son ecos generados desde los medios y gracias a todo ello nuestras actividades están mediadas por valores políticos, es así que elegimos a los amigos de acuerdo a la posición que tienen ante el contexto político, es decir, hoy en día es más difícil que los masistas tengan amigos de la oposición y viceversa, es casi imposible que al matrimonio de un miembro del Comité interinstitucional sea invitado un dirigente del MAS, es imposible también que en una cena cualquiera no se hable sobre la Constitución Política del Estado, los estatutos autonómicos, los indios, la interculturalidad, el racismo, la media luna… este tipo de conversaciones sobre todo se dan en la clase media, que a decir de muchos “nos sentimos marginados por los indios,… nadie habla por nosotros”.
Se suele decir comúnmente "que desde que Evo está en el gobierno..." las diferencias son más fuertes, que antes no habían problemas entre campesinos y citadinos, ni entre cambas y Kollas,... en fin, se dicen muchas cosas de esas, pero creo que siempre estuvimos aislados unos de otros, igual que ayer, hoy continúa el asco cuando en el micro nos toca sentarnos a lado de una mujer de pollera, continuamos cediendo la acera al señor de ojos azules y es común seguir escuchando expresiones como “hijo, hija” cuando nos dirigimos a la trabajadora del hogar, esa expresión paternalista continua como hace 50 años.
Cuanta razón tiene Bourdieu al afirmar que el problema en nuestra país no es y ni ha sido el tema constitucional, ni las leyes, ni los gobiernos y menos las personas, el problema es la actitud, esa actitud que media en nuestras vidas, los prejuicios, la intolerancia y la discriminación no serán cambiadas por ninguna constitución, es más la constitución debería estar de la mano de nuestras actitudes y no estar tan separadas porque considero que las leyes deben expresar las actitudes comunes de una sociedad para normarlas, guiarlas y luego, sólo las actitudes podrán responder a la urgencia de cambiar a las constituciones.
Comenzamos hablando sobre la sociedad boliviana y su excesiva politización y quiero terminar afirmando que conocemos más sobre la vida pública y privada de los políticos que de nosotros mismos, de los vecinos, del sentido que transmiten las historias escuchadas en los micros, los informativos cada vez más nos atomizan con historias que no son nuestras y los medios se alejan con mayor rapidez de la cotidianidad, sólo aparecemos en la televisión cuando nos sucede una desgracia. Y estamos así olvidados, aislados y es nuestra ausencia la que nos envuelve en silencios y soledades.
Joaquín Sabina relata muy bien esta situación en la canción “Eclipse de mar”, a continuación un extracto con algunos versos maravillosos.
Jcv.
…Pero nada decía el diario de hoy
De esta sucia pasión
De este lunes marrón
De los senos con sabor a cubata
De ron de tu piel
Del olor a colonia barata del amanecer
De este cuarto sin medias ni besos
De este frío de agosto en los huesos
Como un bisturí
Hoy amor igual que ayer como siempre
En el diario no hablaban de ti
En la radio no hablaban de ti
Ni de mí.
Pero nada decía el programa de hoy
De este eclipse de mar, de este salto mortal
De tu voz gritando en la cinta del contestador
De las manchas que deja el olvido
A través del colchón
Del otoño como una amenaza
Del dolor de encontrar en las tazas
Tus huellas de carmín
Hoy amor igual que ayer como siempre
En el diario no hablaban de ti
En la radio no hablaban de ti
En el diario no hablaban de ti
…ni de mí.
Joaquín Sabina
Ignacio Ramonet, denomina a esta forma particular de leer las informaciones, como la “Espectacularización de la noticia”, donde –al igual que el circo o el teatro- los hechos se presentan en el escenario donde periodistas y políticos cumplen una rol determinado, un guión preestablecido, al frente estamos nosotros, silbando a unos, llorando por otros. Al cerrar el telón los actores se dan la mano y guardan el guión para la próxima actuación, el público se retira aún aturdido por las luces que le cegaron durante 60 minutos, sale al frío y al silencio, vuelve a encontrar a las hamburguesas del mercado central, al ruido intermitente de los discos piratas que revientan los oídos en la ex peatonal y al coro que dice “la G, la G, la C, la C… ya nos vamos”.
Se ha dicho muchísimas veces que conocemos nuestro entorno gracias al mensaje enviado desde los medios, que nuestras opiniones son ecos generados desde los medios y gracias a todo ello nuestras actividades están mediadas por valores políticos, es así que elegimos a los amigos de acuerdo a la posición que tienen ante el contexto político, es decir, hoy en día es más difícil que los masistas tengan amigos de la oposición y viceversa, es casi imposible que al matrimonio de un miembro del Comité interinstitucional sea invitado un dirigente del MAS, es imposible también que en una cena cualquiera no se hable sobre la Constitución Política del Estado, los estatutos autonómicos, los indios, la interculturalidad, el racismo, la media luna… este tipo de conversaciones sobre todo se dan en la clase media, que a decir de muchos “nos sentimos marginados por los indios,… nadie habla por nosotros”.
Se suele decir comúnmente "que desde que Evo está en el gobierno..." las diferencias son más fuertes, que antes no habían problemas entre campesinos y citadinos, ni entre cambas y Kollas,... en fin, se dicen muchas cosas de esas, pero creo que siempre estuvimos aislados unos de otros, igual que ayer, hoy continúa el asco cuando en el micro nos toca sentarnos a lado de una mujer de pollera, continuamos cediendo la acera al señor de ojos azules y es común seguir escuchando expresiones como “hijo, hija” cuando nos dirigimos a la trabajadora del hogar, esa expresión paternalista continua como hace 50 años.
Cuanta razón tiene Bourdieu al afirmar que el problema en nuestra país no es y ni ha sido el tema constitucional, ni las leyes, ni los gobiernos y menos las personas, el problema es la actitud, esa actitud que media en nuestras vidas, los prejuicios, la intolerancia y la discriminación no serán cambiadas por ninguna constitución, es más la constitución debería estar de la mano de nuestras actitudes y no estar tan separadas porque considero que las leyes deben expresar las actitudes comunes de una sociedad para normarlas, guiarlas y luego, sólo las actitudes podrán responder a la urgencia de cambiar a las constituciones.
Comenzamos hablando sobre la sociedad boliviana y su excesiva politización y quiero terminar afirmando que conocemos más sobre la vida pública y privada de los políticos que de nosotros mismos, de los vecinos, del sentido que transmiten las historias escuchadas en los micros, los informativos cada vez más nos atomizan con historias que no son nuestras y los medios se alejan con mayor rapidez de la cotidianidad, sólo aparecemos en la televisión cuando nos sucede una desgracia. Y estamos así olvidados, aislados y es nuestra ausencia la que nos envuelve en silencios y soledades.
Joaquín Sabina relata muy bien esta situación en la canción “Eclipse de mar”, a continuación un extracto con algunos versos maravillosos.
Jcv.
…Pero nada decía el diario de hoy
De esta sucia pasión
De este lunes marrón
De los senos con sabor a cubata
De ron de tu piel
Del olor a colonia barata del amanecer
De este cuarto sin medias ni besos
De este frío de agosto en los huesos
Como un bisturí
Hoy amor igual que ayer como siempre
En el diario no hablaban de ti
En la radio no hablaban de ti
Ni de mí.
Pero nada decía el programa de hoy
De este eclipse de mar, de este salto mortal
De tu voz gritando en la cinta del contestador
De las manchas que deja el olvido
A través del colchón
Del otoño como una amenaza
Del dolor de encontrar en las tazas
Tus huellas de carmín
Hoy amor igual que ayer como siempre
En el diario no hablaban de ti
En la radio no hablaban de ti
En el diario no hablaban de ti
…ni de mí.
Joaquín Sabina
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