Sus palabras siempre chocaron
con las verdades impuestas,
las que fortalecieron sus creencias,
ellas que se hicieron carne y vida
en cada una de sus circunstancias.
Eduardo vivió como pensó
y pensó como vivió
ha sido fiel a sus valores
y abrazó a la muerte
porque a ella nunca la consideró una sorpresa
sólo formaba parte de naturaleza.
Eduardo el fiel revolucionario
que jamás bajó la bandera
que jamás se detuvo ante el miedo o la mentira.
Adiós querido hermano...
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