Ha llegado el día en que se
asumen las decisiones que cambian
al color, al semblante que aguardaba
al mañana
las decisiones que destrozan a lo sencillo,
a la excitación de lo inesperado
es que este corazón se arrincona
se niega a salir, a cerrar la puerta
y cambiar de candado.
No fue muda su presencia
su aliento despertando a mi frío
su mirada guiándome
hasta la alcoba
su sueño cuidando
a mi insomnio.
Esa fue la rutina que aprendí
la que asumí y me hizo feliz.
Que amargo es decir adiós a
quienes desde la ventana
me contagiaron su soledad
esa que no es miedo ni debilidad
más bien, es fortaleza, seguridad y libertad.
En estos momentos en que ya no importa
la cursilería, lo banal o simplemente la sensiblería
el corazón se parte cobijando a la ausencia
intentando tapar a las lágrimas
con las emociones desconocidas del mañana.
Qué difícil es decir adiós
porque no basta unas gracias
porque no basta quedarse con los recuerdos
porque no basta esperar a los olvidos.
A mis queridos gatos
2009
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