Hasta hace algunos años, el derecho a la libre información no estaba en discusión, se sobreentendía que éste era casi irrestricto, sin embargo a partir de la promulgación de nuevas leyes que debían ir en sintonía con la CPE, estos derechos han sido regulados y en algunos casos suspendidos. Por esta razón, los distintos gremios que agrupan a los periodistas se han pronunciado (incluso en las calles) para denunciar que el Poder Ejecutivo estaría coartando no sólo la libertad de información, sino la libertad de expresión y comunicación, restringiendo al ciudadano el acceso a la información y emisión libre de sus pensamientos y opiniones.
¿Pero qué entendemos por información periodística? entre las variadas definiciones que existen me acojo a la de Aimara Bracho Torres quien indica que “La información periodística es el acto de búsqueda, producción, transmisión y recepción de mensajes de interés colectivo, a través de cualquier medio de comunicación”. A partir de esta conceptualización se está en condiciones de afirmar que el derecho a la información no puede ser entendido al margen del contexto donde se genera el proceso de producción de informaciones, vale decir, Emisor (medio de comunicación, periodistas)-Mensaje (qué cuándo, cómo, dónde y por qué se dice)-Receptor (a quien está dirigida la información).
La información difundida desde los medios de comunicación revela circunstancias particulares en las relaciones sociedad – Estado, por tanto, es ante todo un instrumento político dirigido a crear o motivar actitudes y percepciones en relación al entorno . En un Estado Democrático, la información tiende a crear opinión pública, o sea, valoraciones sobre temas específicos, las cuales se suponen que tienen que ser construidas por la diversidad de informaciones, entonces se entiende que la demanda de los periodistas pretende la liberalización de la información, comprendida ésta como la libertad de comunicar y recibir libremente la narración de hechos y la exposición de pensamientos; este derecho, que no es exclusivo de los periodistas, en un Estado de Derecho, no es irrestricto, sino está regulado por las normas.
Si la información es un instrumento que construye opinión pública, tiene la capacidad de inducir a acciones y pensamientos, por ejemplo si se dice que el Ministro de Gobierno sabía de las andanzas de su ex encargado de inteligencia, hoy en la cárcel de Miami por delitos del Narcotráfico, posteriormente se informa que Naciones Unidas considera a Bolivia como uno de los países con la mayor producción de estupefacientes y para finalizar, se dice que en Alemania se incautaron 10 mil kilos de cocaína proveniente de nuestro país, ¿cuál la opinión pública formada sobre el tema? que el gobierno no hace nada para luchar contra el narcotráfico o que éste apoya al narcotráfico. Por el otro lado, cuando se informa que el presidente Morales dijo que los terroristas separatistas tenían relación con los cívicos cruceños, luego se afirma que en ambientes de la Fexpocruz se encontraron armamento de Rossa Flores, finalmente hacen un sondeo de opinión donde coincidentemente todos los entrevistados rechazan la intención de dividir al país y culpan de esto a las autoridades y dirigentes cruceños. Opinión pública construida: El Comité Cívico y las autoridades de Santa Cruz son terroristas y quieren dividir la patria.
A pesar de que los medios de comunicación serios intercalan la información como una especie de “dimes y diretes”, se induce a ciertas actitudes en pro o en contra desde la edición y presentación (cuándo y cómo se dice)
Sobre el tema de los efectos de la información se ha escrito muchísimo, por lo que no creo que valga la pena volver a estudiar la información desde esa perspectiva, más bien considero que hay un vacío en las investigaciones sobre la información periodística relacionada con las condiciones en las que se produce (la información), entonces para este fin habrá que preguntar primero, cómo construye la información el periodista (condiciones materiales de producción) y cuáles son las condiciones de vida de ese periodista. Es fundamental conocer estos antecedentes para comprender de mejor manera el discurso que se genera desde los medios de comunicación.
Condiciones de producción
Gran parte de los periodistas de la ciudad de Sucre (quienes recogen, procesan y en algunos casos, difunden la información), trabajan de 6:00 a 13:00 horas, excepcionalmente por la tarde y la noche, sus sueldos no superan los dos mil bolivianos, no cuentan con ningún tipo de seguro o aporte a la AFP. Muchos de los locutores o presentadores no son quienes recogen la información, ellos tienen paralelamente otras actividades (profesores, abogados, empresarios, etc.) o sea, logran un doble ingreso, además que sus condiciones de trabajo son distintas al verdadero periodista, obteniendo un trato preferencial inclusive al momento de recibir el sueldo.
Algo que muy pocos conocen es que los medios de comunicación radiales y televisivos de Sucre, son pequeñas empresas familiares con escaso capital, cuyo principal ingreso proviene de la publicidad, que en el caso de Sucre, es generado casi exclusivamente desde la Alcaldía, la Gobernación y FANCESA, para cubrir sus costos de producción e incrementar sus ingresos alquilan espacios (horas) a productores independientes, que en su generalidad son periodistas de su medio. También es común que el propietario plantee al periodista ganar un porcentaje de la publicidad que él pueda lograr, a cambio de sueldo en variadas oportunidades (dependiendo de la temporada).
Si la fuente de ingresos de casi todos los medios de comunicación privados es la publicidad y propaganda provenientes de instituciones o empresas del Estado (FANCESA, ENTEL , YPFB), es posible suponer que detrás del contrato de publicidad y/o propaganda está escondida la censura y autocensura, ya que la recontratación de servicios publicitarios dependerá de lo que dicen, piensan y hagan los medios ¿entonces, de qué libre información estamos hablando, si ésta depende de la publicidad y propaganda?
Esto no es nuevo, así sucedió con todos los gobiernos y casi con todos los medios de comunicación, por ejemplo, los que antes dirigían la opinión en favor del proceso de capitalización, hoy son defensores del proceso de cambio, los que en noviembre del 2007 azuzaban para que los poderes ejecutivo y legislativo retornen a Sucre, hoy en sus informativos nos quieren convencer sobre las bondades de las gestiones de Esteban Urquizo y Verónica Berríos.
Condiciones de vida
Si el salario de los periodistas de Sucre está entre los 1500 y 2000 bolivianos, podemos aseverar que los periodistas tienen una economía de subsistencia, por esta razón él debe buscar otras fuentes de ingreso, como el alquiler de programas donde su principal auspiciador es la Alcaldía o la Gobernación, o en otros casos, luego de terminar su jornada periodística, se dedicará al comercio, transporte (taxi, micros, garzones, etc.). Ante estas condiciones ¿podrá el periodista sucrense realizar investigación y difusión informativa, libre de cualquier presión que le facilite decir (a través de la información u opinión) la verdad de los hechos?
Para comprender las condiciones de vida del periodista también es necesario estudiar su contexto familiar, social y cultural, es decir, sus condiciones de habitabilidad, sus relaciones familiares, ingresos económicos, procedencia cultural, número de hijos, tipo de formación académica, antecedentes laborales, antecedentes políticos,… en fin, todo un cúmulo de documentos que nos acerquen al objeto de estudio.
Teniendo, por un lado, los datos sobre las condiciones de trabajo del periodista, y por otro, la información sobre sus condiciones de vida, vinculados ambos elementos con el contexto político, económico y social de país, podremos acercarnos a conocer de mejor manera a quién está generando día tras día discursos políticos en la lucha por la hegemonía de una opinión pública, que no es otra cosa que la lucha por el poder político.
Por último es oportuno volver a preguntar, ¿qué entendemos por libertad de información?, ¿qué informaciones son producidas por los periodistas (fuentes, hechos), ¿dónde queda el derecho de los ciudadanos a recibir información, la que permita comprender de manera cabal el país donde vivimos?
Javier Calvo Vásquez
30 de mayo de 2011
¿Pero qué entendemos por información periodística? entre las variadas definiciones que existen me acojo a la de Aimara Bracho Torres quien indica que “La información periodística es el acto de búsqueda, producción, transmisión y recepción de mensajes de interés colectivo, a través de cualquier medio de comunicación”. A partir de esta conceptualización se está en condiciones de afirmar que el derecho a la información no puede ser entendido al margen del contexto donde se genera el proceso de producción de informaciones, vale decir, Emisor (medio de comunicación, periodistas)-Mensaje (qué cuándo, cómo, dónde y por qué se dice)-Receptor (a quien está dirigida la información).
La información difundida desde los medios de comunicación revela circunstancias particulares en las relaciones sociedad – Estado, por tanto, es ante todo un instrumento político dirigido a crear o motivar actitudes y percepciones en relación al entorno . En un Estado Democrático, la información tiende a crear opinión pública, o sea, valoraciones sobre temas específicos, las cuales se suponen que tienen que ser construidas por la diversidad de informaciones, entonces se entiende que la demanda de los periodistas pretende la liberalización de la información, comprendida ésta como la libertad de comunicar y recibir libremente la narración de hechos y la exposición de pensamientos; este derecho, que no es exclusivo de los periodistas, en un Estado de Derecho, no es irrestricto, sino está regulado por las normas.
Si la información es un instrumento que construye opinión pública, tiene la capacidad de inducir a acciones y pensamientos, por ejemplo si se dice que el Ministro de Gobierno sabía de las andanzas de su ex encargado de inteligencia, hoy en la cárcel de Miami por delitos del Narcotráfico, posteriormente se informa que Naciones Unidas considera a Bolivia como uno de los países con la mayor producción de estupefacientes y para finalizar, se dice que en Alemania se incautaron 10 mil kilos de cocaína proveniente de nuestro país, ¿cuál la opinión pública formada sobre el tema? que el gobierno no hace nada para luchar contra el narcotráfico o que éste apoya al narcotráfico. Por el otro lado, cuando se informa que el presidente Morales dijo que los terroristas separatistas tenían relación con los cívicos cruceños, luego se afirma que en ambientes de la Fexpocruz se encontraron armamento de Rossa Flores, finalmente hacen un sondeo de opinión donde coincidentemente todos los entrevistados rechazan la intención de dividir al país y culpan de esto a las autoridades y dirigentes cruceños. Opinión pública construida: El Comité Cívico y las autoridades de Santa Cruz son terroristas y quieren dividir la patria.
A pesar de que los medios de comunicación serios intercalan la información como una especie de “dimes y diretes”, se induce a ciertas actitudes en pro o en contra desde la edición y presentación (cuándo y cómo se dice)
Sobre el tema de los efectos de la información se ha escrito muchísimo, por lo que no creo que valga la pena volver a estudiar la información desde esa perspectiva, más bien considero que hay un vacío en las investigaciones sobre la información periodística relacionada con las condiciones en las que se produce (la información), entonces para este fin habrá que preguntar primero, cómo construye la información el periodista (condiciones materiales de producción) y cuáles son las condiciones de vida de ese periodista. Es fundamental conocer estos antecedentes para comprender de mejor manera el discurso que se genera desde los medios de comunicación.
Condiciones de producción
Gran parte de los periodistas de la ciudad de Sucre (quienes recogen, procesan y en algunos casos, difunden la información), trabajan de 6:00 a 13:00 horas, excepcionalmente por la tarde y la noche, sus sueldos no superan los dos mil bolivianos, no cuentan con ningún tipo de seguro o aporte a la AFP. Muchos de los locutores o presentadores no son quienes recogen la información, ellos tienen paralelamente otras actividades (profesores, abogados, empresarios, etc.) o sea, logran un doble ingreso, además que sus condiciones de trabajo son distintas al verdadero periodista, obteniendo un trato preferencial inclusive al momento de recibir el sueldo.
Algo que muy pocos conocen es que los medios de comunicación radiales y televisivos de Sucre, son pequeñas empresas familiares con escaso capital, cuyo principal ingreso proviene de la publicidad, que en el caso de Sucre, es generado casi exclusivamente desde la Alcaldía, la Gobernación y FANCESA, para cubrir sus costos de producción e incrementar sus ingresos alquilan espacios (horas) a productores independientes, que en su generalidad son periodistas de su medio. También es común que el propietario plantee al periodista ganar un porcentaje de la publicidad que él pueda lograr, a cambio de sueldo en variadas oportunidades (dependiendo de la temporada).
Si la fuente de ingresos de casi todos los medios de comunicación privados es la publicidad y propaganda provenientes de instituciones o empresas del Estado (FANCESA, ENTEL , YPFB), es posible suponer que detrás del contrato de publicidad y/o propaganda está escondida la censura y autocensura, ya que la recontratación de servicios publicitarios dependerá de lo que dicen, piensan y hagan los medios ¿entonces, de qué libre información estamos hablando, si ésta depende de la publicidad y propaganda?
Esto no es nuevo, así sucedió con todos los gobiernos y casi con todos los medios de comunicación, por ejemplo, los que antes dirigían la opinión en favor del proceso de capitalización, hoy son defensores del proceso de cambio, los que en noviembre del 2007 azuzaban para que los poderes ejecutivo y legislativo retornen a Sucre, hoy en sus informativos nos quieren convencer sobre las bondades de las gestiones de Esteban Urquizo y Verónica Berríos.
Condiciones de vida
Si el salario de los periodistas de Sucre está entre los 1500 y 2000 bolivianos, podemos aseverar que los periodistas tienen una economía de subsistencia, por esta razón él debe buscar otras fuentes de ingreso, como el alquiler de programas donde su principal auspiciador es la Alcaldía o la Gobernación, o en otros casos, luego de terminar su jornada periodística, se dedicará al comercio, transporte (taxi, micros, garzones, etc.). Ante estas condiciones ¿podrá el periodista sucrense realizar investigación y difusión informativa, libre de cualquier presión que le facilite decir (a través de la información u opinión) la verdad de los hechos?
Para comprender las condiciones de vida del periodista también es necesario estudiar su contexto familiar, social y cultural, es decir, sus condiciones de habitabilidad, sus relaciones familiares, ingresos económicos, procedencia cultural, número de hijos, tipo de formación académica, antecedentes laborales, antecedentes políticos,… en fin, todo un cúmulo de documentos que nos acerquen al objeto de estudio.
Teniendo, por un lado, los datos sobre las condiciones de trabajo del periodista, y por otro, la información sobre sus condiciones de vida, vinculados ambos elementos con el contexto político, económico y social de país, podremos acercarnos a conocer de mejor manera a quién está generando día tras día discursos políticos en la lucha por la hegemonía de una opinión pública, que no es otra cosa que la lucha por el poder político.
Por último es oportuno volver a preguntar, ¿qué entendemos por libertad de información?, ¿qué informaciones son producidas por los periodistas (fuentes, hechos), ¿dónde queda el derecho de los ciudadanos a recibir información, la que permita comprender de manera cabal el país donde vivimos?
Javier Calvo Vásquez
30 de mayo de 2011
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