Tu caminar presuroso
y el gélido aliento
empañaron a mis ojos
Mas tu mirar se quedó en
mí.
Fue entonces que cerramos
la puerta
mientras entraban las
canciones
junto a las risas, el
desenfreno, el deseo y la mentira.
Recuerdas, el tiempo solo
asomaba por la ventana
viendo a los dos
inventar escusas
así olvidar a las persianas.
Ahora, estamos del otro
lado
allá, la respiración mutó
en ausencia
y la risa en silencio.
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