Estas fotografías están vinculadas por signos que posibilitan reconstruir una historia. Son familias jóvenes asentadas en las laderas de la ciudad de Potosí, cada una guarda diferente significación, mas esconde memorias comunes que marcan nuevas configuraciones culturales. Desde la fotografía podemos leer el país que circula por las calles, porque ese momento, como diría Roland Barthes, “ha sido” y ese privilegio de haber sido nos ayuda a creer.
Entonces, este caminar que no busca absolutamente nada, se encuentra y se halla, son esos momentos que comparto con ustedes sin ningún afán de lograr su crítica (mala o buena), de mi parte ya me siento feliz vivir ese instante, lejos del sensacionalismo mediático y del romanticismo que provoca lo popular, pero cerca de la belleza que no tiene nombre y proyecta lo cotidiano.
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