Pretendió conocer tu nombre y plantó piedras en el jardín
izó banderas en las ventanas, se puso una careta sin ojos ni nariz
y cuando la noche se quedó sin luz
el silencio te empujó por la cornisa.
Dicen que tu nombre aún se prende entre los ladrillos
mientras tú, en la punta del mar,
imaginas al olor que dejaste esperando.
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