La ancianidad en Bolivia representa vulnerabilidad y marginalidad. La gran mayoría de los ancianos tiene como ingreso mensual Bs. 250 gracias a la Renta Dignidad y un seguro gratuito de salud al que accede siempre y cuando haga fila desde las 4 de la mañana para sacar ficha de atención.
En ese escenario, no existe otra alternativa que trabajar o pedir limosna (que es lo mismo) en la casa de uno de los hijos o en la calle, mientras se espera en silencio a la muerte.
El círculo familiar se extingue poco a poco, porque para esta sociedad ser anciano es igual que el estorbo, la molestia y el enfado.
Sin embargo, la mujer indígena es triplemente discriminada y sentenciada a la extrema pobreza. "Las mujeres indígenas sufren una discriminación triple:por ser indígenas, por ser mujeres y por ser pobres". SERVINDI. 2014.
Según el censo de 2012, en el país hay 878.012 personas de la tercera edad, es decir, mayor de 60 años. De esa cantidad, el 53 % no fue a la escuela y el 52 % tiene que trabajar para vivir. Únicamente 273.000 viven en asilos o clubes de ancianos. Gregorio Iriarte.
El 50 % de los ancianos en el país vive en pobreza crónica, "sin satisfacer las necesidades básicas y bajo la línea de la pobreza". IDEM.
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