Las fotos, los dibujos y las pinturas únicamente son puertas hacia un largo viaje, su narración rebasa el cuadro, aun al propio autor. Su luz corrompe a la imaginación y confunde los amaneceres con los crepúsculos, las amplias planicies con los lagos y los bosques con las ciudades.
Mientras estemos adentro,
existirán las historias, porque si solo contemplamos la imagen y preferimos
quedarnos pasmados ante ella, que igual que nosotros da vueltas y vueltas,
entonces no sirvieron para nada los aplausos ni las chequeras.
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