Aún están presentes antiguos rumores y viejos
prejuicios que a lo largo de mis años construyeron amores y silenciosos
dolores, están ahí esos rostros que pasearon sus secretos por mi sobresaltada
pasión, sus caricias sin preguntas y sus besos que enseñaron que el olvido es
un engaño a la mentira.
La insistencia de encontrar al amor omnipotente, a esa castidad somnolienta que arrinconada está en el miedo, ha concluido, cuando las promesas no salieron de su boca y era el sudor que eternizaba a la agonía, ese que seco está desde que cerró la puerta. Hoy, persigo a los sudores que se hacen esperar, a esos que no tienen mañana y llegan para romper el tiempo sin que importe la desesperación de quien pretende congelar la felicidad.
La insistencia de encontrar al amor omnipotente, a esa castidad somnolienta que arrinconada está en el miedo, ha concluido, cuando las promesas no salieron de su boca y era el sudor que eternizaba a la agonía, ese que seco está desde que cerró la puerta. Hoy, persigo a los sudores que se hacen esperar, a esos que no tienen mañana y llegan para romper el tiempo sin que importe la desesperación de quien pretende congelar la felicidad.
Someterse a los brazos que trituran a la razón y
gozar como la primera vez, es la alegría que rebasa lo difícil, es el nombre
que se abandona para morir en la circunstancia.
Deseo contar sobre quienes hacen de la verdad un
instante y se alejan para volver al círculo y encontrar otra caricia que
refresque sus ganas de vivir. Son a las que no les interesa la palabra
inquisidora ni la voracidad de los rincones, sólo de detienen en una mirada que
ayude a burlarse de la queja y la sanción.
Gracias a ellas comprendí que las uniones eternas se alimentan en la profundidad de un segundo, aprendí de ellas a crear el amor en libertad sin que los ojos pregunten, sin que los labios permanezcan, así permitir que la sal impregne en el fin del olvido.
Gracias a ellas comprendí que las uniones eternas se alimentan en la profundidad de un segundo, aprendí de ellas a crear el amor en libertad sin que los ojos pregunten, sin que los labios permanezcan, así permitir que la sal impregne en el fin del olvido.
Ahora, cuando todo parece terminar y es el
cansancio que hace despertar, detengo el pulso, el aliento para sucumbir en la
simpleza de sentirse vivo, en las venas que no llevan memoria, en las caricias
que dejan paz… ahora, se retira el ruido y las luces se apagan…
2009
Comentarios
carminia tu amiga de siempre.